La descarbonización está asociada al gas natural y a la demanda de GNL

  • Señaló Alvaro Ríos, exministro de Hidrocarburos de Bolivia y socio director de Gas Energy Latin America durante el foro XI INGEPET 2025.
  • Participó en foro junto a Tomás Delgado, gerente general de TGP, Mario Caballero, director de Finanzas de Cálidda, y Miguel Maal, gerente general de Promigas.

La industria del gas natural —y diversos estudios así lo indican— tendrá un papel importantísimo en el futuro en la matriz energética mundial y,, en consecuencia, los países con este recurso natural deben plasmar sus estrategias energéticas en una extensión de 30 o 40 años, y no limitarse a plazos más cortos porque “la descarbonización está asociada al gas natural y a la demanda de GNL [gas natural licuado en particular”, resaltó Álvaro Ríos, exministro de Hidrocarburos de Bolivia y socio director de Gas Energy Latin America.

Conforme las tecnologías avanzan y la inteligencia artificial se posiciona como el próximo gran avance, el planeta necesitará más y más energía. Álvaro Ríos admite que mucha de ella provendrá de fuentes renovables pero, “para hacerla firme”, deberá estar respaldada con gas natural. El GNL se constituirá en un actor preponderante en la matriz energética mundial, y sobre todo será utilizado para la seguridad del abastecimiento. “Los ductos que cruzan fronteras ya no son muy confiables”, indica Ríos, mientras señala lo sucedido entre Ucrania y Rusia.

A diferencia del “fracaso del milagro boliviano”, así lo llama Álvaro Ríos, en una clara referencia al gobierno de Evo Morales, que en 20 años en el poder llenó las arcas públicas con US$67,000 millones provenientes de la exportación de gas natural, pero que de poco o nada han servido, y al declive de la producción del hidrocarburos por la posterior ausencia de inversiones privadas, el aumento de los tributos y de estatización acelerada, cree el especialista que el Perú está en una mejor posición para aprovechar el prometedor futuro de la molécula.

“En 2028 o 2029, Bolivia deberá importar gas natural”, sostuvo Ríos. “Hay estructuras dónde perforar pero eso nos tomará cuatro, cinco, acaso seis años si es que hacemos las cosas bien”. En Bolivia, alrededor del 70% de su energía eléctrica es generada por el gas natural, de modo que la situación es una urgencia nacional, indicó.

“Felizmente el Perú, con sus problemas, con todo, sigue un modelo que, diremos, es exitoso en cualquier ámbito que lo hayamos comparado a lo que está pasando en Bolivia”, dijo Ríos. “Por eso le dará un mensaje al Perú: no se queden sin gas natural porque, cuando tengan que importarlo, sufrirán y mucho”, sostuvo.

Durante su participación en el foro “Gas natural en el Perú: evaluación actual y perspectivas futuras”, que tuvo lugar en el XI INGEPET 2025, indicó que el potencial de la zona de Camisea es aún mayor pero requiere de incentivos para la exploración, “hay que explorar para el mercado interno, y también para la exportación de gas, no hay por qué explorar para atender únicamente el mercado interno, principalmente con los precios que tiene”. Y añade: “También es necesario un plan nacional de gasoductos; no se puede masificar con camioncitos, por favor”.

La gran batería

 La generación eficiente se entiende como la generación a costos competitivos. Según estimados del COES, dentro de 10 años Perú necesitará 3.000 megavatios más de generación eficiente pero si el país no logra resolver el asunto, el problema se materializará en las tarifas dado que la generación será más costosa, principalmente por la quema de diésel. Tomás Delgado, gerente general de Transportadora de Gas del Perú (TGP), sostiene, en síntesis, que el país, en la próxima década, necesitará más capacidad de respuesta porque las renovables, que aumentarán, son intermitentes.

“Entonces, para compensar la intermitencia de las energías renovables, el gas natural es la gran batería del país”, dijo. “En Chile, el precio de la energía es de casi de cero en el día y de casi 200 dólares en la noche, porque no tienen la bendición que tiene Perú de tener el gas. Eso lo tenemos que evitar en Perú, y para eso necesitamos más capacidad de generación a gas”.

Desde la perspectiva de Delgado, se requieren nuevos instrumentos normativos para afianzar el respaldo del gas en la generación eficiente. En cuanto al gas natural, sostuvo, no se han hecho grandes inversiones desde Camisea. Además, también es necesaria la vital infraestructura de ductos. “En distribución de gas natural en Lima se ha hecho muchísimo, en transporte cero. Perú es uno de los pocos países del mundo, y no sé si el único, que le llega el gas a las principales ciudades por camiones”. TGP planea invertir US$ 2.000 millones en un ducto hacia el sur peruano.

Gas natural a la zona centro-sur

Cálidda, la empresa distribuidora de gas natural en Lima y el Callao, ha logrado darle acceso al recurso a 8 millones de peruanos en la actualidad, comenta Mario Caballero, su director de Finanzas. Además, hoy 36.000 comercios y 120.000 vehículos también consumen gas natural. La empresa cuenta ya con cerca de 19.000 kilómetros de redes entre polietileno, acero, y este año ejecuta 750 kilómetros, soportadas por tres city-gates. “A la fecha esto implica una inversión que ya supera los S/ 6.000 millones”, indica Caballero.

El éxito del gas natural se basa en el ahorro y sus atributos con el medio ambiente.”La conversión rápida que nosotros manejamos es que cada vez que sustituimos un balón de 10 kilogramos de GLP por gas natural, es el equivalente a sembrar cuatro árboles nuevos”. Cálidda ha logrado conectar también más de 2.000 comedores populares de manera gratuita. “En términos de proyectos que tenemos hacia el futuro, el más relevante claramente es el de poder llevar el gas natural a la zona centro-sur del Perú”, dijo.

El proyecto implica una inversión superior a los S/2,000 millones y “todo autofinanciado”. “Para lo que es Ucayali y Ayacucho, lo haríamos principalmente vía ductos. En el caso de Ayacucho nos conectaríamos a un ramal de TGP. En el caso de Ucayali lo haríamos vía Aguaytía. El resto de las regiones sería con una vía virtual”. Y añade: “La tarifa que llevaríamos es exactamente la misma de la que se tiene en Lima y Callao”.

Reglas claras

“El gas más caro es el que no tienes”, afirma Miguel Maal, gerente general de Promigas Perú, una empresa de origen colombiano asentada ahora en el norte del país. “Perú tiene el recurso y lo que debe hacer ahora es usarlo de una manera potente, sostenida y con las señales claras para su expansión”. Promigas está presente en cinco regiones del país y, tras una inversión de US$600 millones acumulada desde 2018, impactan con el recurso en la vida de 1.2 millones de peruanos.

Ahora Promigas planea invertir US$400 millones más en el norte peruano pero, señala Maal, Perú debe mantener un marco regulatorio estable y al gas natural como un asunto de política de Estado, además de las necesarias condiciones de predictibilidad y transparencia normativa. “Las reglas de juego no podemos cambiarlas a los siete, ocho, nueve, diez años porque ya ustedes están viendo que se necesitan unos periodos largos para recuperar la inversión”, sostuvo. Actualmente, en la zona norte del Perú, Promigas cuenta con una red de 16 estaciones, 14 de ellas a GNC, dos a GNL, y ahora cuentan con más de 30 contratos de desarrollo de estaciones que estarán en operación de aquí al 2027.

Pensar en otros términos

Desde 2004 en adelante, todo el Perú se ha beneficiado con el gas natural proveniente del yacimiento Camisea, en la región Cusco. “Todos nos beneficiamos, desde los que invirtieron en su desarrollo y su amplia cadena de valor, desde la caja fiscal y los cusqueños y los ciudadanos que viven cerca al depósito; todo el país se ha beneficiado con los bajos costos del gas natural”, refirió Eleodoro Mayorga, exministro de Energía y Minas.

Pero ¿cómo seguir aprovechando el recurso? Es la pregunta clave que se hace Mayorga . Camisea sigue siendo un pilar de la economía peruana, pero poco más se ha hecho en el ámbito del gas natural, nos recuerda el exministro, y los mercados han cambiado.

“Hoy las renovables también son competencia”, señaló. “Hay que mirarnos en el espejo: nuestra economía es pequeña, y nuestra incapacidad para sacar proyectos adelante ha hecho que no contemos hoy con  una planta de fertilizantes, y que sigamos vendiendo gas aquí nada más… Si queremos darle un nuevo empujón a la industria del gas, tenemos que pensar en otros términos”. Y añade.

“El mensaje tiene que ser claro, si aquí alguien va a venir a explorar seriamente, tiene que poder vender ese gas. Y lo que va a poder vender aquí, en el Perú, es muy poco. Tiene que salir a competir. No es el mercado de hace 20 años pues hay gas en muchos sitios”.

 

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