Logística como valor agregado

 

Como bien sabemos, hoy es vital asegurar un adecuado abastecimiento al sector minero, a través de una política que permita, contar con los insumos necesarios para garantizar la producción en todo momento, manteniendo una estrecha relación con los proveedores, al punto de incorporarlos en la cadena de valor.

Todo esto con una negociación del tipo ganar- ganar que se resume en cuatro pilares: la confianza mutua, la transparencia, la lealtad y la justicia. Actuar según su definición es clave para que desarrollemos una negociación adecuada y duradera con nuestros clientes, ya sean internos o externos y si vemos que la otra parte no actuase de la misma manera, comunicarlo para resolverlo y si no es así, romper la negociación es lo más lógico.

El equilibrio entre una estrategia logística clara y enfocada a objetivos, en unión con sistemas de clase mundial para ejecutar los procesos logísticos, determina la eficiencia real de la cadena de suministros de cada empresa minera. Pero hoy, que la industria está sometida a cada vez más exigentes estándares globales de productividad, eficiencia, seguridad, sostenibilidad y cuidado del medio ambiente, se ha convertido en instrumento imprescindible para su desarrollo.

Los operadores logísticos ante las demandas del sector, han creado productos y servicios integrales y reclutado personal especializado, equipos e infraestructura que les permite disponer de la suficiente competencia para resolver cualquier imprevisto.

Todo ello con un mismo objetivo: La reducción de costos y la generación de relaciones a largo plazo.

El empuje del desarrollo minero, ha transformado la logística del sector, incentivando la innovación de la misma y generando iniciativas como la cadena de suministro flexible, que es un modelo de gestión de gran impacto en las operaciones mineras y que se constituye como un factor crítico de las mismas.

Mejorar los costos de la operación negociando una reducción de tarifas del proveedor, ha sido y es, una estrategia que si bien funciona, es de corto aliento, de un horizonte bastante temporal.

Se requería de una nueva estrategia distinta, de un nuevo modelo, que consistió en negociar alianzas, que tienen como objetivo, que la empresa minera haga de su proveedor logístico, un socio estratégico, con quien compartir los beneficios que puedan obtenerse de una mejor y más eficiente operación, así como de los riesgos que estas pudieran generar.

Se pasa entonces a incorporar al proveedor en la cadena de valor de la empresa, a tener una relación de negocios colaborativa, ya no es más un simple operador, proveedor de insumos, bienes o servicios, sino que se convierte en un socio, con las consiguientes prerrogativas que este nuevo rol implica, es decir una relación de colaboración de largo plazo basado en contratos más estables.

Podemos concluir que la dinámica del sector hace que se generen iniciativas, que permiten desarrollar conocimiento, aprendizaje, creatividad e innovación en la cadena de suministros.


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