Mucho inicio, pero poco final”: La promesa de desarrollo se diluye en la ineficiencia.

El Perú no enfrenta un déficit de where to purchase kamagra iniciativas ni de recursos, sino un déficit de ejecución, según el reporte del CPC, compartido con Gestión.

En los últimos años, el Perú ha experimentado una expansión notable en su cartera de proyectos de inversión pública. Entre 2010 y 2024, se declararon viables más de 256 mil proyectos en los tres niveles de gobierno. Esta cifra, por sí sola, podría sugerir un sistema vigoroso y proactivo en la formulación de iniciativas.

Sin embargo, al mirar más de cerca, la historia cambia: solo poco más de la mitad de estos proyectos ha logrado cerrarse.

En otras palabras, hay mucho inicio, pero poco final. La promesa de desarrollo se diluye en la ineficiencia. El reciente estudio del Consejo Privado de Competitividad (CPC) examina en profundidad la capacidad de commander levitra individuellement gestión de la inversión pública a nivel nacional.

A diferencia de otros análisis, este parte desde la declaración de viabilidad de un proyecto hasta alcanzar la etapa de cierre, para lo cual se definen como cerrados aquellos proyectos con más del 85% de ejecución presupuestal.

El informe no solo analiza la tasa de cierre, sino también el tiempo que toma ejecutar un proyecto desde su viabilidad hasta su culminación, revelando patrones de retraso estructural, especialmente en los gobiernos locales.

El primer hallazgo es contundente: solo el 51% de los proyectos logró cerrarse a diciembre de 2024. Al desagregar por nivel de gobierno, la situación no mejora: los gobiernos locales (GL), que gestionan el 87% del total de proyectos, presentan una tasa de cierre de apenas 52.6%. Los gobiernos regionales (GR) alcanzan un 52.5% y el Gobierno nacional (GN), un 45.5%.

Estas cifras muestran que el problema no es exclusivo de un nivel, sino sistémico.

Ahora bien, es importante evidenciar qué tipo de proyectos se están cerrando. En los GL, la gran mayoría corresponde a obras pequeñas: el 98% de los proyectos cerrados tuvo un costo menor a S/ 10 millones y el 69% costó menos de S/ 1 millón. En promedio, los GL manejan proyectos de apenas S/ 1.5 millones.

En contraste, el GN gestiona inversiones de mayor escala, con más del 13% de sus proyectos por encima de S/ 10 millones y un promedio de S/ 10 millones por proyecto. Los GR, por su parte, tienen una escala intermedia, con proyectos que rondan los S/ 6 millones en promedio. Esta diferencia en la magnitud de los proyectos es clave para entender los patrones de ejecución y las brechas de capacidad.

Los tiempos de la inversión pública

La atomización del portafolio —es decir, la proliferación de proyectos pequeños— constituye uno de los principales problemas. Cada gestión municipal repite un mismo patrón: la mayoría de declaratorias de viabilidad se concentra en los dos primeros años del mandato, una tendencia que se ha intensificado con el tiempo. Entre 2019 y 2022, más de 45 mil proyectos fueron declarados viables en los primeros dos años de gestión, y esta dinámica persiste en el periodo actual, con 39 mil nuevos proyectos viables registrados entre el 2023 y 2024.

Ante este escenario, el estudio del CPC plantea que la eficiencia en la inversión pública no puede medirse solo por cuántos proyectos se declaran viables o cuántos se cierran, sino por cuánto tiempo toma llegar de un punto al otro.

Para ello, desarrolla un índice de velocidad de ejecución que cuantifica cuántos días pasan, en promedio, por cada millón de soles ejecutados, desde la declaratoria de viabilidad hasta el cierre. Esta medida permite comparar el desempeño relativo entre entidades, ajustando por el tamaño del proyecto.

Los resultados de este índice son reveladores. A nivel nacional, la eficiencia ha mostrado un deterioro progresivo en la última década. En 2010, el índice de velocidad alcanzó su punto más alto (0.689). Sin embargo, desde entonces cayó bruscamente en 2011 (0.565) y se mantuvo en descenso o estancamiento hasta 2021, cuando alcanzó su punto más bajo con un valor de 0.488.

A partir de 2022 se observa una recuperación moderada: 0.491 ese año, 0.504 en 2023 y 0.510 en 2024. Aunque es una señal positiva, el país aún se encuentra lejos de los niveles de eficiencia de inicio de la década pasada, y aún se encuentra por debajo de los niveles prepandemia.

Cuando se desagrega el índice por nivel de gobierno, la brecha es aún más clara. Al analizar los proyectos cerrados durante esta gestión gubernamental, entre el 2021 y 2024, se observa que los GR muestran el mayor nivel de eficiencia, con un índice promedio de 0.559, seguido por el GN con 0.545.

Los GL, en cambio, se quedan atrás con un índice de 0.493. Lo que más llama la atención no es solo el promedio más bajo de los gobiernos locales, sino su menor dispersión: ninguna entidad local logra destacarse por encima del promedio del GR o GN, lo que sugiere un rezago generalizado y sostenido.

Los resultados de este índice son reveladores. A nivel nacional, la eficiencia ha mostrado un deterioro progresivo en la última década. Foto: ANDINA

¿Cómo avanzar hacia un sistema de inversión pública más eficiente?

Desde el CPC se insiste en racionalizar la cartera de proyectos, priorizando aquellos de mayor impacto. Para ello es fundamental agregar proyectos de alto impacto, escalándolos mediante gatillos y utilizando las mejores prácticas internacionales.

Así, los proyectos que impacten de manera significativa en el ámbito productivo y social —por ejemplo, cierren brechas de condiciones mínimas territoriales— deberán ser encargados a unidades ejecutoras especializadas —a nivel regional o nacional— que cuenten con las mejores prácticas internacionales y con facilidades para la ejecución de los proyectos.

La creación de estas unidades especializadas se activará en caso de que los gobiernos locales no ejecuten sus recursos de manera eficiente. Finalmente, se plantea que la infraestructura generada a partir de la implementación de esta medida pase a ser adjudicada para su operación y mantenimiento por parte de ProInversión vía Obras por Impuesto (OxI) o APP.

En definitiva, el Perú no enfrenta un déficit de iniciativas ni de recursos, sino un déficit de ejecución, dijo el CPC.

De igual manera, es importante diseñar una metodología para la habilitación de recursos para proyectos de inversión durante el transcurso del año fiscal que permita identificar criterios objetivos para la selección y priorización de proyectos, garantizando la continuidad de los proyectos.

Esto limitaría que se amplíe la cartera de proyectos manejados por las entidades subnacionales, permitiendo que se concentren en la gestión de los que ya se encuentran en cartera.

En definitiva, el Perú no enfrenta un déficit de iniciativas ni de recursos, sino un déficit de ejecución. Sin una reforma estructural en la forma de concebir, priorizar y llevar a cabo los proyectos de inversión, los anuncios seguirán desbordando la realidad. Y mientras tanto, las obras seguirán atascadas en el papel.

Fuente: Gestión

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