Colbún y la luz al hidrógeno verde en sector eléctrico: la operación en Chilca

La chilena Colbún, de la familia Matte, abrió su primera planta de hidrógeno verde en Chilca (Lima) para atender a termoeléctrica de su filial peruana Fenix. Instalación marca la llegada de dicho combustible al sector eléctrico en Perú, ¿qué otros negocios mira la firma?

En la transición hacia la generación de energía con recursos renovables no convencionales, las fuentes solares y eólicas han ido tomando protagonismo, pero no son las únicas soluciones. En el mundo, el hidrógeno verde también ha empezado a desarrollarse y en Perú se han dado algunos anuncios. En el sector eléctrico, la chilena Colbún, de la familia Matte, empezó a construir la primera planta del llamado “combustible del futuro” hace 10 meses en Chilca para su filial termoeléctrica Fenix y acaba de abrirla. Conozca las oportunidades a la vista con esta instalación, en entrevista exclusiva con su CEO, José Ignacio Escobar.

¿Qué representa esta planta de hidrógeno verde para Colbún?

Es un hito muy importante, se concreta uno de los pilares de la agenda estratégica de ambas compañías, que es el desarrollo de nuevos negocios y soluciones relacionadas a la electricidad de cara a los clientes que avanzan en su transición energética. Queríamos demostrar que no solamente pensamos en el hidrógeno verde, sino que lo hacemos realidad. Es el primer proyecto de todo el grupo y de Fenix, y el primero en el sector eléctrico de Perú.

¿En qué consistió?

Es una planta pequeña, pero da un tremendo paso. Nos permite reducir la huella ambiental de la compra y transporte de hidrogeno gris (a base de combustibles fósiles, para el enfriamiento de los generadores de la planta de Fenix), produciéndolo ahora con energía renovable y agua desalada de la planta. Es un proyecto rentable. Queremos ponerlo no solo al servicio de Fenix, sino también para los clientes.

¿Qué capacidad y componentes tiene la planta?

Son 8,000 m3 de hidrógeno verde al año. La electricidad renovable requerida se produce a través de una planta fotovoltaica que instalamos en los techos de Fenix, de 110 kW (kilovatios) de potencia. Es un círculo cerrado: la electricidad es producida in situ, el agua desalada viene de la planta de Fenix y el hidrolizador junta eso y genera el hidrógeno. La inversión total fue US$ 200,000.

Para atender a clientes, ¿prevén alguna ampliación?

Para la operación de Fenix, esta planta calza bien, pero queremos que sea un laboratorio vivo para que nuestros clientes puedan ver cómo incorporar el hidrógeno a sus procesos de producción. Fenix no requiere una planta más grande, pero se puede producir hidrogeno verde en las propias instalaciones (de los clientes). En el futuro, podría reemplazar al diesel como combustible para cubrir horas punta o por problemas de hidrología. Perú tiene potencial no solo de ser consumidor interno de hidrogeno, si también un tremendo potencial exportador.

¿Ya han identificado potenciales clientes?

Absolutamente, la minería tiene un compromiso global porque los consumidores están pidiendo cada vez un mineral más verde, con bajas emisiones de CO2. De otro lado, estamos viendo qué hacer con nuestra agua desalada, tenemos una planta para eso aquí (en Fenix). Vemos la oportunidad de transformar la zona de Chilca en un polo industrial de servicios energéticos y sus derivados. En la medida de que los clientes lo demanden, seguramente podremos ver muchas nuevas oportunidades de crecimiento e inversión en Chilca y tal vez en otras zonas del país, donde estamos invirtiendo en proyectos renovables.

También tenían un proyecto de hidrógeno verde en Chile, ¿por qué abrieron primero en Perú?

Partimos con los dos proyectos, en términos conceptuales, más o menos en el mismo plazo, y el de Chilca se concretó primero por distintas razones. En Chile, la obtención de permisos está muy compleja y como grupo vemos colocar nuestras inversiones en lugares donde el proceso sea más fluido. El proyecto en Perú fue muy bien acogido y logramos tener los permisos necesarios, pero a ambas iniciativas les damos el mismo impulso.

La apuesta por las energías renovables

¿Cómo va el desarrollo de energías renovables en Fenix?

Tenemos el compromiso de diversificar nuestra oferta energética, agregando energía renovable a nuestro mix. Al 2030, esperamos duplicar la capacidad de la compañía y eso implica 400 MW (megavatios) o 500 MW adicionales, que serán renovables, sean eólicas o solares o un mix. Los proyectos en total suman cerca de 1,900 MW y están en distintas etapas.

En esa meta, ¿incluyen compras de operaciones?

El mercado de la energía renovable es tremendamente activo a nivel mundial. En Perú, hay más de 20,000 MW en proyectos renovables desarrollándose y uno siempre hay que estar monitoreando si hay oportunidades de inversión, compra, M&A (fusiones), etc.

En proyectos propios, ¿cuál es la iniciativa más avanzada?

Tenemos al proyecto eólico Bayóvar (Piura, de 600 MW), estamos avanzando a pasos acelerados y sería el primer proyecto en ver la luz.

¿Cuándo operaría?

Sería para el 2027.

La operación de Fenix

¿Cómo ve Colbún la operación de la filial Fenix?

El cuidado que le damos a Fenix es el mismo que tenemos en nuestra central en Chile. Somos convencidos de que el gas tiene un tremendo rol en la transición energética y Perú además tiene el beneficio adicional de tener los recursos naturales. Creemos que hacer un uso responsable y eficiente de esos recursos es fundamental, es un lujo que en Chile no tenemos.

Vamos a seguir poniéndole mucho cuidado no solo a mantener la vigencia de este activo, sino también a ir optimizándolo con proyectos como éste (planta de hidrógeno verde).

¿Hay nuevas inversiones para esta central termoeléctrica?

Estamos permanentemente trabajando en pequeños y medianos proyectos para ir en ese camino, apuntando a un menor consumo de agua y de hidrogeno gris (que será reemplazado), aumentar la flexibilidad de los activos y la eficiencia. Hay varios proyectitos que año a año estamos siguiendo.

¿Cuál es la inversión estimada para el 2024?

Son inversiones recurrentes. La cartera (de proyectos de energías renovables) debe seguir madurando, requiere estudios, informes, pero nada todavía concreto de inversión en nuevos proyectos, aunque sí hay un presupuesto recurrente para ir madurando nuestro pipeline.

FICHA BIOGRÁFICA:

Nombre completo: José Ignacio Escobar.

Cargo: CEO de Colbún.

Edad: 45 años.

Nacionalidad: chilena.

Profesión: ingeniero civil eléctrico.

Número de años en el sector eléctrico: 22.

Hobbies: rock, rugby, viajes, familia.

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Fuente: Gestión

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