Prácticas Ambientales Sostenibles en Minería

Actualmente y cada vez más, las prácticas sostenibles forman parte de los planes estratégicos de las empresas en todos los sectores económicos, principalmente, en los productivos. A nivel de estrategia, la Gerencia de las empresas ha internalizado que invertir en estas prácticas no es obligatorio, pero el no hacerlo representa un riesgo para la continuidad de sus operaciones de negocios.

Qué duda cabe que, a lo largo de nuestra historia, el Perú ha tenido como principal motor de su economía a la minería, la cual se ha convertido en uno de los argumentos más potentes del desarrollo de nuestro país. En términos macroeconómicos, el beneficio es significativo en lo relacionado a cifras de exportaciones de minerales, tributos asociados y puestos de empleo. Sin embargo, el impacto y daño al medio ambiente producto de las actividades mineras también puede ser significativo. La minería deja residuos como los relaves altamente tóxicos que deben controlarse, reducirse, eliminarse o tratarse y compensarse en la misma relación al impacto negativo que generan.

Para ello, es crucial contemplar en el planeamiento estratégico de las empresas mineras la adopción de prácticas ambientales sostenibles y un adecuado mecanismo de revelación a todas las partes interesadas de los planes de acción y las buenas prácticas que están desplegando con la finalidad de mitigar impactos y generar beneficios comunes.

Un ejemplo de iniciativas para generar beneficios a partir del tratamiento de los denominados “pasivos mineros” es el tratamiento de relaves para reutilizarlos en el sector construcción como el proyecto desarrollado en Arequipa para fabricar ladrillos a partir de un proceso de conversión de relaves. La Minera Porvenir en alianza con la Universidad Católica San Pablo y el Ministerio de Producción han hecho posible este proyecto. Otro ejemplo es el proyecto desarrollado por la empresa Green Metallurgy Technologies, cuyo objetivo es la conversión de relaves mineros para elaborar ladrillos ecológicos destinados a la construcción de viviendas a un bajo costo.

Una parte interesada de un proyecto minero y, tal vez la principal, son las comunidades aledañas directamente impactadas por las posibles consecuencias de la actividad minera.

El riesgo de afectar ambientalmente a una comunidad aledaña representa un alto impacto reputacional y, consecuentemente, el probable fin de las actividades mineras de las empresas. Un ejemplo de esto es Las Bambas: proyecto minero cuya inversión asciende a 10 millones de dólares en la Región Apurímac y está a cargo de Minerals and Metals Group, que sufre un impacto reputacional negativo debido a reclamos, con gran cobertura mediática, de las comunidades campesinas de Cotabambas, quienes protestan por el excesivo tránsito de vehículos mineros generando diversos riesgos ambientales y para la salud.

Con la finalidad de evitar más situaciones como el de Las Bambas es preciso que la estrategia de las empresas mineras contemple inversión en prácticas sostenibles para garantizar la continuidad de sus empresas, comprometiéndolas con beneficiar a todas sus partes interesadas.

¿Qué considerar para una acción efectiva de las prácticas ambientales en Minería?

Las empresas mineras deben aplicar prácticas que garanticen a largo plazo la identificación, evaluación y remediación de los daños ambientales más críticos para mitigar su impacto en la integridad de los ecosistemas y en la salud humana. Para ello, deben considerar:

– Incluir en el planeamiento estratégico de las empresas planes, acciones y la medición del cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible con los cuales la empresa está comprometida. Asimismo, considerar la preservación del medio ambiente como criterio relevante para la toma de decisiones en la empresa.

– Considerar acciones específicas relacionadas a la recuperación de suelos, paisajismo, manejo adecuado del agua, uso de energías renovables, rescate y protección de la fauna silvestre, sinergias con ONGs y relacionamiento socialmente responsable con las comunidades.

– Procurar el mejoramiento en materia ambiental incentivando la conservación de la biodiversidad, la explotación responsable de los recursos y el reciclaje.

– Emplear mecanismos eficaces y transparentes para la revelación de información a todas las partes interesadas.

– Teniendo en cuenta éstos criterios y con el esfuerzo integrado del estado, las empresas mineras podrán prevenir la materialización de riesgos de impacto ambiental.

Las prácticas ambientas sostenibles incrementan la sostenibilidad de las mineras
Las prácticas ambientales sostenibles son la manifestación más solvente y tangible de que las empresas contribuyen con beneficiar el contexto en el cual se desarrollan y garantizan la sostenibilidad de sus negocios.

El desafío de las empresas mineras, y de cualquier otro sector, es implementar iniciativas y prácticas relacionadas a la adopción y cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS´s). Estos objetivos están enfocados a reducir las desigualdades, preservar el medio ambiente, producción y consumo responsables, acción por el clima, vida submarina, vida de ecosistemas terrestres, paz, justicia e instituciones sólidas, y alianzas para lograr objetivos. Integrar políticas económicas, sociales, medioambientales y trabajarlas de manera integrada entre el sector empresarial y el estado es un desafío para el cual el Perú aún no está preparado.


 Autor: RENZO URDANIVIA

 Supervisor de Advisory de KPMG en Perú

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